Ayer, por algún graph de un video de cable tuvimos a bien enterarnos que algo así como un millón de blogs argentinos venían sufriendo inconvenientes varios a raíz de trastornos en Google posiblemente debido a rastreos pedidos por la administración de justicia argentina que busca la ubicación de la web desde donde pinchan y distribuyen mails de personajes que van desde la presidenta a algún cachondo ministro de la Corte Suprema que nostálgico de sus antepasados inmigrantes tiene propiedades para rentar a rolete, etc. La información más formal, que tendría que ser más suculenta y completa, es famélica. Estamos como llegamos de España.