La edición de hoy de La Nación se prodiga en novedades como la invasión mediática en el domicilio del Tano Pasman, en Bella Vista, para documentar sus exasperaciones por el querido River Plate y dejar documentado su debut como comentarista deportivo más o menos oficial. A pesar de que el mencionado proclama el amauterismo de su pasión ya ha nombrado representante y fue tal el matete de cables en la casa de este empleado de una imprenta súbitamente surgido a la popularidad que hasta el propio hijo que fue autor de la iniciativa de grabarlo y subirlo a YouTube se mostró molesto por los impensados costos.
En otra parte de la edición el motivo preocupante es la jovencita Camila Antonia Amaranta Vallejo Dowling, la santiaguina secretaria general de la FECH que acaudilla la rebeldía estudiantil chilena y que desde junio a la fecha ya se ha llevado puesto a un ministro y ahora a una alta funcionaria que en su Twitter puso la equívoca apreciación de que "muerta la perra se acabó la leva." Los abogados se le fueron al humo, el juez actuante no dio lugar a una custodia especial por ver en peligro la vida de la joven, pero la administración Piñera, que hasta debe soñar con la agraciada jovencita y las huestes que la siguen en pos de una educación gratuita fuera de las leyes del mercado, siguiendo el modelo argentino, optó por darle de baja. Vale la pena echarle una mirada a este verdadero fenómeno social creciente y el minucioso repaso a cargo de los cronistas de los Mitre.
